jueves, 1 de diciembre de 2011

A veces la felicidad está mucho mas cerca de lo que imaginamos, a veces solo basta con sonreir, cantar, gritar, bailar y ser uno mismo para sentirse pleno, a veces basta simplemente con no pensarlo demasiado.
Aprender a valorarte, saber que te gusta, como y cuando te gusta. Aprender que también hay ciertas cosas por las que merece la pena luchar, aguantar y ser fuerte. Y por supuesto darse cuenta de que no se necesita a nadie para ser feliz, que la felicidad te la construyes tú, que los "no puedo vivir sin ti" son cuentos chinos, claro que se puede, cuesta deteriorar recuerdos, pero el tiempo es amigo y ayuda a olvidar.

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